martes, 19 de julio de 2011

EL ÚLTIMO CAMPEÓN #14

A lo primero que tuvieron que enfrentarse los aguerridos (y algo inconscientes) guerreros fue a todo el escuadrón de hombres-rata, que había dado la vuelta por algún lugar tras el escándalo de la puerta, y conseguir salir con vida de aquel meollo.

Descubrieron que, al dividir las fuerzas del enemigo, la cosa les iba algo mejor. Así que, organizados en dos grupos, fueron causando bajas en el bando oponente. Incluso descubriendo una “sala de gravedad” (una habitación donde solo podían realizar una de las dos acciones posibles en un turno estándar).

Tras vencer nuevamente sobre el enemigo, observaron que los hombres-lagarto que aún estaban en el muro de agua que había creado Eldelbuk, se decidían a seguir a sus compatriotas criaturas y enfrentarse al grupo de aventureros. En ese momento, decidieron esconderse en una pequeña y oscura sala para no ser descubiertos y poder descansar un poco.

Pero las prisas nunca fueron buenas, ya que no pensaron en registrar los cadáveres de los hombres-rata caídos dejando una llave a merced de los hombres-lagarto que venían tras ellos.


Recuperados de este laaaaaaargo combate, decidieron continuar la exploración del templo, sabiendo que el final estaba cerca.


Tras seguir uno de los pasillos, descubrieron una bifurcación que llevaba, por un lado, a una especie de contenedor de desperdicios y basura, y por otro a una sala donde parecían sentirse gruñidos salvajes.

Green y Galahad, comenzaron a investigar (con el “culillo apretao”) la sala-basurero, sospechando que en algún momento u otro aparecería una criatura asquerosa... pero no fue así! Tras unos turnos buscando, más bien poco, entre los restos de comida ropa y demás, decidieron volver con sus compañeros.

Estos, descubrieron una especie de “guardia personal” del responsable de todo aquel misterio. 4 hombres-tigre esperaban ansiosos la llegada del grupo para acabar de una vez con la vida de alguno de ellos.

Pero no estaban solos, ya que el Gran Guardián (una criatura de gran tamaño e igual fuerza) también se preparaba para el combate que iban a llevar a cabo.

Unos observaron que el Gran Guardián llevaba atado al cinto un par de llaves que les podrían ser de utilidad para la fase final de exploración. Y sin muchas dudas, se lanzaron al ataque.

No era cosa fácil, incluso Eldelbuk tuvo que crear a un elemental para poder hacer frente a lo que se les avecinaba.

Los gemelos Jonás y Sansón, junto con el elemental, se dedicaron a combatir con el Gran Guardián, mientras que los otros hacían lo suyo con los hombres-tigre.

Con algo de suerte y mucho desgaste físico, vencieron de nuevo el encuentro.

Pero... les quedarían fuerzas para hacer frente a todos los peligros que aún les quedaba por conocer?

Las respuestas, en la próxima crónica de la partida, que ya será la última!

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