La lucha
no duró demasiado, ya que solo tres enemigos para un grupo avanzado
en el arte de la lucha, no era un encuentro que diera muchos más
problemas que los esperados.
Aún
así, el grupo notaba que la atmósfera del templo era cada vez más
asfixiante, amenazante... era como notar el abrazo de la fría muerte
a cada paso que daban.
Tras
acabar con los “mutados”, llegó el momento de decidir, y eran 5
las opciones ha escoger, 5 puertas que escondían quién sabía qué.
Finalmente
decidieron la puerta de la parte oeste del pasillo, que daba paso a
una sala sin apenas decoración, donde solo se podía encontrar un
pedestal sobre la que reposaba una enigmática lámpara de aceite.
La
curiosidad de los aventureros les hizo coger la lámpara, a lo que
activaron la aparición de una misteriosa y sorprendente criatura: un
genio.
El genio
les propuso un enigma que, en caso de ser acertado, les ofrecería
cierta ventaja en el resto de la exploración del templo. Pero en
caso de fallar...
El
enigma era el siguiente:
“Uno
miente y seréis engañados.
Un
traidor se encuentra a vuestro lado.
Encontradle
y nada pasara.
Equivocaros
y la maldición en vosotros recaerá.”
El grupo
no dudo demasiado en la respuesta: el traidor era el genio mismo.
Akela, Ginebra, Pestus, Grant y Niobe, recibieron una protección
extra en sus armaduras (-1 en CA) durante un periodo importante de
horas (4 horas).
Acto
seguido, el genio desapareció de nuevo en el interior de la lámpara.
Era momento de continuar...
Fuera el
destino o una buena elección del equipo, la siguiente puerta era la
definitiva y más peligrosa del templo, aquella donde se encontraba
el responsable de toda aquella maldad: el Hombre Andrajoso.
En una
enorme sala del trono, sentado en una butaca ornamentada con figuras
de serpientes desafiantes, se encontraba el cuerpo anciano de un
hombre aparentemente poco peligroso.
Por las
palabras del aquel hombre, parecía que ya esperaba la llegada de los
aventureros, y se había preparado a consciencia: una enorme naga
protegía los últimos pasos hasta el trono, y un par de “mutados”
algo más peligrosos que los anteriores también hacían compañía
al líder de Serpentis.
La lucha
se inició sin demasiados preámbulos: ataques cuerpo a cuerpo, a
distancia, magia por parte del Hombre Andrajoso y la naga...
El
enemigo utilizaba “imagen reflejada” para evitar que el daño de
los ataques de los aventureros fueran efectivos al 100%,
“inmovilizar” para frenar el avance del equipo, “hechizar
persona” por parte de la naga...
Los
primeros en caer fueron los mutantes, pero más costoso fue
enfrentarse a la naga y al Hombre Andrajoso. Pero la determinación
de todos ellos y el acierto en sus ataques, fueran desgarrando el
poder y la vida de ambas criaturas.
Finalmente,
la naga cayó sin vida, dejando al Hombre Andrajoso en solitario
frente al grupo. Y desenlace del combate acabó de la manera más
sorprendente: el líder de Serpentis casi sin vida, arrinconado en
una esquina y dejando escapar su último aliento a causa de...una
patada en la entrepierna por parte de Pestus, el pequeño del grupo!!
Ahora
todo había acabado, la paz había llegado a la Marca y el grupo
podía informar del final de Serpentis a Arakha y Robleda.
Pero
seguro que la Marca estaba en tranquilidad o nuevos peligros
acecharían a los habitantes de aquellas tierras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario