lunes, 12 de noviembre de 2012

LA LLEGADA DE SINH (sesión VII)

Aquella misión estaba dejando exhaustos a los miembros del grupo de mercenarios. Sentir que eran perseguidos por toda Spyra, protegiendo a la única persona que podía poner fin a la presión de Sinh, no era muy alentador.
Pero aquel poblado pesquero era diferente... parecía como si sus habitantes estuvieran en contra de Sinh, aunque no lo verbalizaran abiertamente. Pero fueron las las palabras de Sigilo con uno de los pescadores, la que parecía haber conseguido dar rienda suelta a los pensamientos de aquellas gentes.
Desde la llegada de aquel mal, la pesca había disminuido, y el poblado había sucumbido en una tristeza difícil de superar. Además, el templo situado en la isla del centro del lago Van, antes visitado por todos, había quedado clausurado por parte de los monjes fanáticos de Sinh.
Estaban obligados a llevarles comida cada cierto tiempo, encargo que dio una posible vía de entrada al templo y conseguir otra de las piedras de poder.
Mientras Sigilo, Artemis, Kairon, Pijus y Akane, discutían la forma de entrar en el templo, un gran griterío se hizo presente en la plaza del pueblo. Eran dos guados que amenazaban cruelmente a un niño, preguntando a su vez por los forasteros recién llegados a la población.
Artemis no pudo reprimir su ira, presentándose peligrosamente frente a sus perseguidores, dando nuevas posibilidades a que Yuna fuera capturada de nuevo. Y muy a su pesar, la cosa se complicaba por momentos, ya que los guados no venían solos sino con un Wendingo, una enorme criatura de alto poder ofensivo.
En este momento, y no con toda la voluntad del resto de los miembros del grupo, se inició un combate sangriento a la par que mágico. Los guados utilizaban sus artes arcanes para conjurar Coraza, Tormentas de Fuego, Prisa o las variantes de Succión de Vida o Karma.
La buena secuencia de ataques cuerpo a cuerpo, junto con 2 oportunos ataques con granada doble de Akane, minaba los puntos de vida del enemigo.
Tras vencer a los guados y al salvaje Wendingo, los habitantes del pueblo pescador agradece enormemente la ayuda del grupo, llegando a un acuerdo para que sean ellos los que transporten la comida al templo de Van.
El plan debía estructurarse de forma precisa: mientras Akane (aún no del todo convencida...) y Sigilo se desplazaban hasta el templo buceando por las aguas del lago, el resto del grupo llegaría en barca hasta la isla.
La primera pareja (Akane/Sigilo) se enfrentaron a un enorme pez espada, pero consiguieron llegar de una pieza a la puerta bajo agua que daba paso a los subterráneos del templo.
El segundo grupo, haciéndose pasar por pescadores, llegaron a la isla siendo recibidos por los monjes fanáticos. Esperaron el mejor momento para acabar con sus primeros enemigos una vez creyeron que no serían descubiertos.
Kairon, Pijus y Artemis, se enfrentaron a monjes que se encontraban en la garita de vigilancia, siendo un combate encarnizado. Poco más de lo que Sigilo y Akane tuvieron que hacer frente al descubrir 3 monjes que estaban rezando en una sala del templo.
Tendrían tanta suerte como sus compañeros o darían el último de sus suspiros en aquel lugar?


Off-rol: con algo de retraso, vamos colgando las crónicas de nuestras partidas. Sed pacientes y conoceréis el final de esta, nuestra gran aventura en Final Fantasy.

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