jueves, 19 de septiembre de 2013

MARCA DEL ESTE (sesión XV)

Tras la puerta, el grupo pudo conocer en persona al responsable de aquella maquinación diabólica contra la hermandad de Maredon.
Situado en medio de un pentagrama dibujado en sangre, se encontraba Sarkados, un mago con oscuras intenciones y gran poder arcano. Parecía estar en contacto mental con algún otro plano o con seguidores a su sanguinaria misión. Los aventureros lo desconocían...

Pero pronto percibió la llegada de los guerreros, burlándose de haber llegado hasta allí y la presumible intención de vencerle.
Fue el inicio de una larga y dura contienda entre Sarkados y el grupo de defensores de la Marca. Un combate a espada y brujería: por un lado, las flechas y los ataques a espada de Grant, Akela, Ginebra, Pestus y Niobe; por el otro los hechizos de bola de fuego, proyectil mágico, muro de hielo, etc. por parte de Sarkados.
Pero la decisión de los miembros de la comitiva investigadora del monasterio era firme, consiguiendo herir en alguna ocasión al mago. Y cuando este parecía que flaqueaba en fuerzas...algo sucedió.
Del centro del pentagrama, comenzó a aparecer una oscura niebla que inquietaba al más valiente, una visión que solo prometía más y peor peligro.
De la niebla, comenzaron a aparecer unos tentáculos que parecían buscar una presa para saciar su maldad. Y la presa, para la sorpresa de todos, fue Sarkados. Los tentáculos agarraron al mago, lo alzaron en el aire y comenzaron a tirar con una fuerza descomunal. Mientras el mago gritaba algo como “maestro, nooooo!!!”, su cuerpo queda desmembrado, desquebrajado, destrozado en trozos pequeños, dejando la sala bañada en sangre de aquel hombre.
Una voz gutural se dirigía a los aventureros:


“Vosotros, miserables desgraciados, como es posible? No importa...Sarkados me sirvió bien mientras estaba vivo... Tengo en mi poder el Kitab Al-Azif y, ahora, el liro de mutación. Poco le queda a Arakha...y luego vendrá Robleda, y la Marvalar... Hasta que toda la Marca esté bajo el poder del Hombre Andrajoso.”

Algunos conocían la existencia, en las lejanas tierras de oriente, una ciudad llamada Arakha... Puede que allí encontraran las respuestas.

Tras regresar a Robleda y ponerse en contacto con el burgomaestre de la ciudad y actualizar la situación de lo sucedido en el monasterio, el grupo decidió que viajaría hasta la ciudad de Arakha y poner fin a aquellos ataques indiscriminados.
Y era muy posible que la gente de aquellas tierras conocieran el significado del misterioso símbolo que siempre acompañaba a aquellos ataques.

Era momento de viajar por mar...y no sería un trayecto ni mucho menos tranquilo. Las aguas por donde surcaba el Cisne Blanco, navío que les había ofrecido el burgomaestre de Robleda, tuvo que hacer frente al ataque de unos piratas. Por suerte, la tripulación, junto con la ayuda de los aventureros, pudieron frenar el abordaje de los piratas y continuar con su trayecto.

 Ya me gustaría a mi encontrarme con un pirata así...

A los pocos días, la fastuosa ciudad de Arakha, se avistaba en el horizonte... Una bella ciudad con un peligro entre sus puertas.

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