Tras una noche tranquila de descanso,
el nuevo día llegó a Höegel. Tras reencontrarse de nuevo con sus
compañeros, Siete comunicó que Duna había pasado una noche en
total normalidad y sin aparentes cambios. Era momento de trasladar a
la muchacha hasta el Templo Sanador de Caannan, donde podrían poner
fin a aquella pesadilla.
Mientras Martin, el curandero, se
ofrecía a acompañarlos en el camino y les explicaba como trasladar
cómodamente a Duna, el enano clérigo tubo la grata sorpresa de
comprobar que Dungrer había despertado.
Tras un sincero abrazo entre amigos, el
padre de Duna les explicó lo sucedido en los días anteriores. Una
extraña voz interior, repetía una y otra vez el mensaje de la
botella... una voz de mujer... Acto seguido, se interesó por el
estado de su hija y pidió al enano y el resto del grupo que
protegieran como fuera a Duna.
Tras los últimos preparativos para el
viaje de 3 días, la comitiva inició el duro trayecto hacia el
templo de Caannan.
Una día muy tranquilo, pero agotador,
acompañó al grupo. Era dificultoso desplazarse por terreno nevado,
pero con la ayuda de todos, consiguieron avanzar un buen trecho hasta
que la noche los acompañó. Era momento de preparar un pequeño
campamento para descansar.
El grupo de aventureros estaba
acostumbrado a pasar la noche en lugares intempestivos... pero Martin
acusó su edad y la incomodidad del lugar, estando intranquilo
durante la noche. O puede que fuera otra cosa la que atormentaba al
curandero de los Cazadores Blancos?
De nuevo amaneció en las Montañas de
la Luna y el grupo inició de nuevo el camino. Tras otro día de
agradecida tranquilidad, llegaron a una cabaña solitaria en medio
del bosque.
El estado de alerta y la desconfianza
se apoderó de los miembros del grupo.
Arquen y Gork, decidieron acercarse a
la casa y comprobaron que el peligro era del todo infundado. Un
asustado ermitaño, era el único habitante de aquella solitaria
casa. Tras tranquilizar al hombre y realizar las pertinentes
presentaciones, algo bruscas por parte del semi-orco, el grupo
decidió pasar la noche en aquella choza, con fuego para calentarse y
comida para recuperar las fuerzas perdidas.
Pero el descanso fue relativo...
Durante la guardia del tiflin Siete,
aparecieron cerca de la casa un nuevo grupo de Aouns (sombras), con
claras intenciones de apoderarse de nuevo de Duna. Fue el momento de
dar la voz de alarma y sacar las armas a relucir bajo la luz de la
luna.
Esta vez, el encuentro con tan
misterioso enemigo fue mejor que la primera vez que se enfrentaron.
La fortuna y la coordinación entre los miembros del grupo, consiguió
que vencieran sin relativos problemas a las sombras oponentes. Tras
unas breves refriegas, el contrario cayó sin vida frente al bando
vencedor de los protectores de Duna.
Martin y el asustado ermitaño, no
daban crédito a lo que habían visto. Tras tranquilizarlos,
intentaron conciliar de nuevo el sueño... pero para algunos fue
imposible.
Martín, poco antes de amanecer, salió
de la casa para no volver. Gork y Siete, descubrieron temerosos por
la tardanza del viejo curandero, que este aparecía bajo un
inquietante ataque de convulsiones, para más tarde, perder la vida
frente a sus ojos. Pero lo más inquietante, fue observar como sus
ropas se teñían de sangre al ir apareciendo de la nada unos
pequeños cortes en su frío cuerpo.
Dichos cortes, iban formando lo
que parecían palabras que, situadas en orden descendente, tatuaban
el cuerpo del cadáver. Las palabras eran:
SU
VOLVERÁ
DE SEXO
DE
DE UN
ATRAÍDO
Y SUS
HASTA
FUE
PERO
CON AYUDA
SEDIENTAS
LA LLEGADA
LA CIUDAD
Y NUESTRA
VOLVERÁ
Era evidente que se trataba de un
mensaje... pero de quién y porqué.
Envolvieron con mantas el cuerpo sin
vida de Martin, para llevarlo al templo y poder darle buena
sepultura.
Finalmente, el Templo Sanador de
Caannan, apareció frente a sus ojos. Una muralla robusta, daba
cobijo a las conocidas sanadoras que curaban a sus enfermos por medio
de los mágicos cantos que realizaban.. y una de las esperanzas de
recuperar a Duna.
La guardia del templo, se opuso a la
entrada del grupo, en especial del asesino tiflin, pero bajo acuerdo
de que Siete no se separara en ningún momento del clérigo Gork, el
comitiva tubo paso libre en el templo.
Hela Margaret, la máxima representante
de las sanadores en aquel templo, los recibió e hizo lo posible por
hacerse cargo de Duna y su extraño estado autista. Pero también dio
parte del problema en que se encontraban:
Un grupo de ladrones, habían robado
parte de los iconos sagrados del templo, menguando en cierta manera
la totalidad de las habilidades curativas de sus devotas. Hela
Margaret, pidió al grupo la recuperación de aquellos elementos
mientras Duna era tratada, junto con una generosa recompensa de 25
monedas por persona.
El grupo de aventureros no se opuso a
la propuesta y se dirigió a las antiguas minas, lugar donde se
escondía el grupo de ladrones.
Los primeros movimientos del grupo
fueron apropiados, pero el ímpetu de lucha de Mörd, provocó que la
alerta se diera lugar en escondite de los bandidos. Un grito
intimidatorio del bárbaro, dio cita a hombres-rata y ladrones que
vigilaban las primeras instancias de la guarida.
Y no fue una contienda fácil. Los
ladrones eran rápidos y diestros con sus armas, infringiendo heridas
importantes a los aventureros. Hasta el punto de dejar a uno de
ellos, Siete, inconsciente y al fatídico límite de la muerte. Pero
consiguieron vencer a estos primeros enemigos... y solo era los
primeros metros de galería de las minas.
Era momento de continuar la búsqueda
de las reliquias. Extremando eso sí, sus próximas acciones.
Muy buena la partida,aunque se encontro a faltar a la elfa salida.Pero es curioso como trabaja la mente de los hombres.Tras leer la larga lista de palabras que aparecian en el cuerpo del pobre Martin.Lo primero que me vino a la cabeza y que dije en voz alta fue "Sedientas de sexo".Si es que aunque uno sea un clerigo enano cuando ve la palabra sexo se transforma.La verdad es que estoy disfrutando mucho de la partida
ResponderEliminarMe alegro que os guste!
ResponderEliminarla verdad es que creo que la cosa va cuajando como esperaba, y como master hay situaciones que te obligan a disfrutar de lo lindo: cuando actuáis de una manera y no de otra, estay convencidos de esto cuando en realidad es lo otro... que espereis que un semi-orco con un collar de penes de sus victimas sea capaz de esperar dentro de una cabaña, mientras los otros se dan de sopapos con el enemigo... vamos, lo normal!!! jejeje
Saludos y nos vemos por aquí.