viernes, 5 de octubre de 2012

LA LLEGADA DE SINH (sesión IV)

Una vez derrotado el Ochu, Kairon se hizo con la piedra de poder. Y se sorprendió al notar que aquella esfera de piedra negra, era simplemente eso: una simple y normal esfera de piedra negra. Nada de poder, nada de energía, nada de aureolas, nada de poderes arcanos...
Pero algo preocupaba a los miembros del grupo: era posible que hubieran conseguido la primera de las piedras de poder con tanta facilidad?
Algo no les cuadraba, puesto que la protección de aquellas piedras era algo que creían imposible de conseguir. Pero lo cierto era que el Templo Negro no les había representado muchas complicaciones...a parte de las intrincadas trampas que se escondían en su interior.
Pero también sabían que la protección de Yuna, la Elegida, no sería tan fácil de allí en adelante. Por lo pronto, debían salir de allí de inmediato.
Al reencontrarse con la muchacha, esta pidió que le dejaran tocar la esfera. Fue entonces cuando todos observaron la importancia de aquella piedra de poder. Al tocar las manos de Yuna, la piedra comenzó a vibrar, a girar en su interior y a manifestar una vida interna de origen desconocido.

Una maraña de rayos comenzaron a envolver la esfera, provocando en todos y cada uno de los aventureros una extraña sensación en el interior que alteraba todos y cada uno de sus sentidos. Ahora conocían el poder real de la piedra de poder...y de la importancia de la Elegida.

Continuaron el camino hacia las Montañas de Fuego, lugar donde deberían encontrar la segunda de las piedras. La dificultad de la tarea era que, para llegar a aquel lugar, debían traspasar las tierras de los guado, raza prepotente y seguidores de Sinh. Eso era un problema, ya que deberían pasar extremadamente desapercibidos.
Decidieron evitar la ciudad de Guadosalem y dirigirse a uno de los poblados de la periferia, dando un rodeo pero evitando peligros evidentes.
En uno de estos poblados, Artanis y Akane, pudieron comprar nuevo equipamiento para los miembros del grupo. Era necesario estar preparados y poder sobrevivir a los encuentros que les esperaban.
Tras descansar y recuperar fuerzas, mientras Akane mejoraba las armas de sus compañeros utilizando sus conocimientos de alquimia, prosiguieron su camino.
Ya en las Montañas de Fuego, siguiendo un intrincado camino situado en un desfiladero, experimentaron la inquietante sensación de estar en peligro. Y no era para menos, ya que aparecieron como de la nada dos Bomb de Fuego con intenciones bien claras: dar muerte a los protectores de la Elegida.
Esta vez no fue tan fácil como creían. Recibieron múltiples heridas, quemaduras y quedaron tocados de salud. Pero no había acabado el peligro...
De repente apareció una criatura de dos cabezas y con gran poder mágico: Merkal. Una de las cabezas atacaba al grupo, mientras que la otra realizaba tareas de soporte, sanación y protección de su gemela.
Si los Bombs habían sido complicados de vencer, el enemigo actual era casi imposible. Necesitaban actuar como uno solo, coordinados y aprovechar todas y cada una de las oportunidades para pode vencer a aquella criatura.
Finalmente, acabaron con Merkal y pudieron proteger una vez más la preciada vida de Yuna.

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