domingo, 21 de octubre de 2012

LA LLEGADA DE SINH (sesión V)

Una vez llegados al templo de las Montañas de Fuego, bajo la atenta vigilancia de los guado, el grupo intentada descubrir donde se escondía la segunda de las piedras de poder. No era tarea fácil, ya que los guado seguían una estricta vigilancia de las estancias del templo que, aunque los visitantes podían entrar libremente en peregrinación, algunas zonas estaban restringidas al paso.
Por suerte, Sigilo, utilizó su conjuro de invisibilidad de nuevo y pudo investigar por su cuenta las zonas que parecían cerradas al público. Pijus, Yuna y Artanis, a su vez, pudieron escabullirse y descubrir otra de las zonas del templo. Kairon y Akane, por su parte, mantenían la guardia en la sala principal, alerta de cualquier movimiento por parte de los vigilantes guados del templo.
La primera, Sigilo, se encontró en una encrucijada de pasillos, donde presentía algún tipo de mal o trampa.

El trío, por su parte, descubrió una sala donde se encontraba una extraña criatura de baja estatura, ataviada con un farol y una pequeña hacha. Su nombre: Belino. Aquel ser, parecía ser el vigilante de dos grandes pilares bautismales, una con agua cristalina y la otra con agua ennegrecida.
Pijus no dudó en intentar entablar conversación con el Belino, iniciando lo que seria un combate de problemática estratagema. Y es que la criatura, utilizaba su candil, para lanzar un hechizo de “condena” sobre su presa. Una condena que podía provocar un estado de inconsciencia más que preocupante... Y la primera en caer fue Artanis, que sintió como su esencial vital, poco a poco, se le escapaba de su interior para acabar dentro del candil del Belino. Pudo ahuyentar sus dolores, entrando en contacto con el agua cristalina de la pila, que le ofrecía la recuperación de sus puntos de vida, pero no eliminaba su estado de condena.
Por otro lado, Kairon, cansado de esperar, se dirigió a la zona laberíntica donde minutas antes se había dirigido Sigilo. También sentía aquel peligro inminente... incluso activo una de las trampas, que consistía en cerrar el paso de uno de los pasillos. No era el momento de quedarse encerrado en solitario en aquel lugar!
Quiso el sexto sentido de Sigilo, alertarla de las dificultades en las que se encontraba su compañera y amiga Artanis. La ayudante de la guardiana de Yuna, se dirigió de inmediato a la sala donde Pijus, también en estado de condena, y Artanis se enfrentaban al Belino.
Yuna, por su parte, viendo que la situación realmente era del todo complicada, fue en busca de ayuda, encontrando a Akane dispuesta a combatir contra aquella criatura endemoniada.
En el preciso momento que la abhled, comenzaba sus ataques con su colección de granadas especiales, llegaban a la sala Sigilo y Kairon. La primera, bajo un estado de furia provocado por la visión de ver a Artanis inerte en el suelo de la sala.
Con buenos y coordinados ataques, consiguieron acabar con el Belino y recuperar el estado de todos y cada uno de los integrantes del grupo
Tras este inoportuno encuentro, el grupo consiguió meterse dentro del intrincado cruce de pasillos que Sigilo y Kairon habían descubierto, sin ser alertados por los guados.
Llegaron a una sala y allí encontraron al peligroso Seymour en persona. Parecía que el líder de los guado ya esperaba aquella visita, y deseaba poder enfrentar sus poderes maléficos contra los de los protectores de la Elegida.
Era más que difícil vencer a Seymour y utilizaron cualquier buen ataque para provocar alguna herida mortal al guado...pero parecía imposible salir vencedores de aquel combate. Por fortuna, Akane utilizó uno de sus más poderosos conjuros: medusa. En aquel momento, Seymour acabó siendo una estatua de piedra y, con un simple ataque físico, acabó perdiendo su mísera vida.
De esta manera, pudieron tener bajo su poder, una nueva piedra mágica...aunque el peligro no se había acabado: la guardia de Seymour estaba muy cerca.

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