sábado, 8 de agosto de 2009

EL VESTUARIO

Querido diario,


El primer punto en mi lista para convertirme en auténtico superhéroe es confeccionarme un uniforme. Creo que aparecer en público con un albornoz, una delantal o un mono azul de trabajo no seria nada serio. Debo encontrar una vestimenta que intimide a los villanos de la ciudad con solo mirarme.

Decidí documentarme concienzudamente sobre como debe ser el vestido de cualquier “justiciero del bien” consultando la mejor base de datos sobre este tema: los cómics Marvel y DC.

Como llegué a conseguir decenas y decenas de este material tan interesante es bastante curioso. Hace poco me cruce con el hijo de la vecina del quinto, un chaval de unos 15 años, que curiosamente llevaba una camiseta donde aparecían 4 hombres vestidos con flamantes vestidos, cara pintada y una mirada penetrante. Aquello me abrió por completo los ojos: tenia delante la imagen de un grupo de superhéroes!



Me dirigí hacia el muchacho y le pregunté quienes eran aquellos hombres.


-Shon lo KISS, colega!


“Interesante...” pensé yo, “tienen un nombre que los identifica...”. Pero eso no era lo que me interesaba.


-Y son buenos?

-Buenosh?!... Tío, lo KISS son lo má mejore de to luniverso, colega! Naide puede superá a esta peña. Shon la rehostia, neng!


Me quedó mas que claro: aquellos KISS debían tener infinidad de poderes! Y yo, a su lado, era un simple novato en el mundo de los superhéroes. Decidí negociar con el hijo de la vecina la cuestión que me interesaba. Pero era importantísimo no llamar la atención. Nadie debía saber que bajo mi identidad se escondía un nuevo “enemigo del mal”.


-Y estooo... Si tu pudieras conseguirme material...

-Hostia, neng, aquí en medio lascalera pedimme este tipo de coshash... Como mi vieja sentere...

-No, no, tranquilo, tranquilo. Yo solo buscaba...

-Baja el pico, colega! Que la “chochopelao” der segundo shiempre tiene la perabólica enchufá... Que buscash? Pastis, pirulas, chocolate, marieta...?


“Bien, bien... debe ser el argot de los seguidores de los superhéroes”, pensé convencido que el camino que estaba siguiendo era el correcto. Me dispuse a arriesgarme.


-Busco algo sobre superhéroes?

-Shobre qué?

-Sí, sí... ya se que resulta extraño. Me interesa informarme sobre superhéroes, luchadores del bien, defensores de la humanidad... como KISS!

-Como KISS?? Colega, me parece que estash un poco confundío, eh!


La cosa se me iba de las manos. Estaba perdiendo el único enlace que me podía ayudar para entender y llegar a ser un superhombre. Aquella era mi última oportunidad. Saqué mi cartera y ofrecí dinero al chico.


-Necesito saber cosas sobre superhéroes: como son, qué hacen, como se entrenan, como visten...

-Sí, flipao, pero yo no se si puedo ayudalte, neng. Yo no tengo ni pajotera idea de...

-Te pagaré! Eres el único que me puede ayudar! Quiero ser... ser... súper! Como KISS!


El fajo de billetes pareció acabar de convencer al muchacho.


-Ná, que shi tu quiere superhéroe, yo te traigo superhéroe!


Al día siguiente, se presentó con una par de cajas repletas hasta arriba de cómics sobre lo que sería, desde aquel momento, mis iconos a imitar. Eran personajes de MARVEL y DC, los dos refrentes en el mundo superheroico.

Tras inspeccionarlos observé ciertas coincidencias de vestuario entre estos suprehéroes. Así pues, confeccioné una relación de requerimientos obligatorios que debía poseer mi uniforme de Capitán Chistorra:


1.Mallas “jamoneras” ajustadas

2.Calzones “marca-paquete” a la vista.

3.Capa

4.Antifaz o máscara para mantener el anonimato.


Fue en ese momento cuando comencé a realizar esbozos sobre el papel de como podría ser mi vestido, los colores, el símbolo... Hice muchas y variadas propuestas: que si alas pequeñas en la máscara, que si unos cuernecitos, que si me ponía muñequeras, que si antifaz mejor que máscara, que si cinturón con bolsillitos... Al final, lo tube claro: capa y calzones rojos, mallas azules, rostro cubierto por una máscara. Ahora solo faltaba comprar la materia prima y comenzar a coser!

Aprovechando que era el mercadillo del barrio, me dirigí hacia allí para comprar todo lo necesario. Por suerte una simpática gitana, me ayudó en la compra.


-Oye miiiira, a tu lo que quiere e un troso ropa bien apañaaaaaooo! Oye miiira, Joooooseeee, vete a la flagoneta y taete la ropa esa de la cortina de la Merche. Andevé, la suerte ca tenío, paaaio!


Después de negociar el precio, de hecho lo negociaron entre las gitanas de las paradas de alrededor, volví hacia mi piso y comencé la confección de los patrones. Mi antigua experiencia como top model fue de extraordinaria ayuda, ya que realicé un fantástico trabajo y el cosido quedó estupendo. Lástima que la gitana no hubiera calculado “demasiado” bien los metros que necesitaba, ya que me quedé bastante corto de ropa y solo pude hacerme los calzones, las mallas, la capa y la máscara.


El resultado... Salta a la vista!



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