viernes, 25 de julio de 2014

LA HORDA DE LA MANO ROJA (sesión VII)

La decisión era muy complicada... Fuera cual fuera su elección, el peligro se abalanzaría sobre ellos de manera inminente, de una forma u otra.
El grupo se reunió para decidir cual de las dos opciones les era menos “agresiva”. Por un lado, acercarse a las aguas que rodeaban las ruinas de Rhest era sinónimo de tomar contacto con las tribus de hombres-lagarto que rodeaban las orillas del lago. Por el otro, un acercamiento directo hacia los dos únicos edificios que sobresalían de las aguas (la torre del campanario y el ayuntamiento) y tomar un ataque de frente contra la fuerzas de la horda allí situadas.
Tras reflexionar detenidamente sus opciones, decidieron un acercamiento más lento pero más seguro y sigiloso: acabar con una de los grupos de chozas de los hombres-lagarto y acercarse a Rhest con el máximo silencio posible.

Así pues, se acercaron a uno de los grupos de reptilianos y, sin demasiados problemas, acabaron con ellos. Fue un combate rápido y especialmente sangriento. Y todo a causa de los ataques poderosos y salvajes de la pareja de guerreros del grupo. Kurgan y Mirtha atacaban llevados por una furia que intimidaba a cualquiera que viera sus descargas con sus armas, descuartizando a toda criatura que se topara con ellas.
En pocos minutos, se apoderaron de un par de barcas para acercarse al campanario, próximo objetivo del grupo.


La noche les ayudó a no ser detectados por la guardia de la Mano Roja, pero también cierta seguridad en el contingente trasgoide de quién no cree que nadie les podrá atacar en su fortaleza abandonada.

Se acercaron al campanario y observaron por una de las ventanas. Unos veteranos trasgos pasaban el rato jugando a un macabro juego con una rana y un cuchillo, mientras que alguien de rango más elevado descansaba en una de las esquinas de la edificación.
Parte del grupo, decidió escalar la torre para atacar por flancos diferentes. Era momento de actuar: unos por la parte de arriba, otros por la parte de abajo, atacaron al mismo momento, aprovechando la sorpresa de una ofensiva inesperada.
Esta vez, las complicaciones eran mayores dado el poco espacio que tenían de maniobra, la dificultad para entrar por las ventanas y la veteranía del contrincante.
Las espadas entrechocaban, los proyectiles se cruzaban y la sangre se derramaba...y los primeros cuerpos sin vida caían al suelo. Korkulan, el oficial trasgo, era un hueso duro de roer. Sus dos espadas cortas atacaban sin tregua al grupo de aventureros, pero los ataques de flanqueo de estos, ayudaron a vencer al líder del grupo de vigilancia.
La victoria fue conseguida por el grupo, pero las heridas del combate eran importantes. Y aún debían entrar en el ayuntamiento!

Unos momentos de reposo para recuperar el aliento y era el momento de enfrentarse al objetivo final: el ayuntamiento de Rhest. Allí les esperaba Saarvith.

Tomaron de nuevo las barcas y se acercaron al antiguo centro del pueblo. Parecía reinar la calma... Llegaron a la pasarela construida sobre las aguas del lago y comenzaron la exploración del lugar. Rodeando el edificio encontraron el primer obstáculo de la guarida de la horda: ogros.


Intentaron actuar por sorpresa, pero pronto el enemigo supo de la existencia del grupo y los ataques eran directos y bien dirigidos. Y evidentemente, a tener muy en cuento. Las grandes mazas de los ogros “bailaban” de aquí para allá, con el peligro mortal que ello comportaba. 


Los ogros son criaturas de pocas luces, pero muy peligrosas en combate directo. Así pues, el grupo actuaba utilizando su fuerza pero también la buena estrategia de la lucha. Ataque y movimiento, daño a distancia, cargas y ataques poderosos, conjuros ofensivos y de soporte... Poco a poco, uno a uno, los ogros que guardaban la entrada del edificio fueron cayendo.
Pero el grupo se encontraba en una situación muy complicada: aguantarían sus fuerzas a lo que aún les esperaba en el interior de Rhest?

sábado, 19 de julio de 2014

LA HORDA DE LA MANO ROJA (sesión VI)

El encuentro con la quimera no solo les había dejado cansancio después de una noche sin poder descansar lo suficiente, si no la sensación de que cada vez, la fuerza enemigo era más poderosa y peligrosa. O puede que las fuerzas del grupo comenzaran a flaquear?

Con las primeras luces, el grupo inició de nuevo dejando a tras el caváder de la quimera y al anciano trotamundos que habían conocido la noche anterior. Horas más tarde, entrado el atardecer, avistaron lo que parecía un pequeño fuerte aduanero que bloqueaba el camino.
Sigilosamente pudieron descubrir que unos soldados trasgos se habían apoderado de aquella instalación y habían dado muerte a las fuerzas humanas que allí se encontraban. Pero la mala suerte quiso que Mirtha, al intentar escalar el muro de la construcción, realizara demasiado ruido con su armadura, motivo que alertó a la pareja que hacía guardia en una de las puertas del cuartel.

De nuevo, el grupo se encontraba en peliaguda situación, no solo por el combate en cuestión, si no porqué a los pocos minutos pudieron descubrir que los trasgos estaban acompañados de dos musculosos ogros que aportaban la fuerza bruta al grupo de la Mano Roja.
Unos por el tejado, otros atacando en el exterior del edificio de madera y los últimos en el interior, esquivando y atacando como podían a los ogros, hicieron frente al oponente.
Nebin tuvo que escapar más de una vez del peligro de caer sin vida en aquel encuentro, Kurgan recibió también lo suyo...todos estaban a un paso de ser pasto de los gusanos. Puede que la fortuna, puede que un último aliento de valentía y determinación, les ayudó a sobreponerse a aquella extrema situación y salir vencedores de la lucha.

Allí descansaron el resto del día. Era necesario estar con la totalidad de fuerzas antes de adentrase en las zonas pantanosas de los alrededores de Rhest.

Al día siguiente, se vieron forzados a abandonar a los caballos, dado que era montura imposible en aquel terreno. Humedad, atmósfera asfixiante, terreno fangoso, vegetación desconcertante... Aquel lugar sacaba de nervios a cualquiera!
Avanzaban lentamente y a cada paso, el peligro les parecía más inminente.

En una de las paradas, descubrieron a cierta distancia lo que parecía el cuerpo sin vida de un enorme búho, en parte descuartizado y con signos evidentes de una muerte salvaje. Quién había provocado aquello?

Les habían informado que en aquella zona, la horda de la Mano Roja, se dedicaba a la cría de criaturas de origen dracónico: retoños infernales espigados. Puede que una de aquellas criaturas fuera la responsable de la muerte de aquel imponente animal.

El grupo decidió arriesgarse y observar de más cerca la muerte del búho. Puede que también les picara la curiosidad al observar que algo brillaba cerca del cuerpo del animal.
Pero fue una decisión peligrosa ya que al acercarse al pequeño montículo de tierra, entre las aguas pantanosas que lo rodeaba, algo atacó las piernas de Kurgan.

Al llegar a tierra firme descubrieron que, efectivamente, se trataba de una pequeña cría de dragón de salvajismo extremo. La mirada de la criatura solo llamaba a la muerte de aquel que cruzara la visión con ella.
Fuera por el terreno, o por la capacidad de escapar de aquella criatura, el combate fue duro y extenuante. Si la horda estaba criando criaturas como aquellas...la muerte se extendería por el valle de Elsir en pocos días.
Finalmente, dieron muerte al retoño infernal y descubrieron que el búho estaba acompañado por los restos de una armadura de manufacturación élfica. Armadura, armas, un anillo con la inscripción de Lanikar...

De repente, unas enormes sombras cubrieron el montículo donde se encontraban, nido del retoño infernal. Cinco búhos de enorme tamaño, montados por jinetes elfos, aterrizaban frente al grupo. Tras las debidas presentaciones y explicaciones de los sucedido, el portavoz del grupo de elfos, Killiar Flechaveloz, invitó al grupo a volar con ellas hasta lugar seguro: la ciudad de Cantaestrella, ciudad de los elfos.

El viaje les asombró. Aquellos enormes animales recorrían desde las alturas el pantano de Rhest y los llevó a una ciudad de belleza exquisita. Sellyria cantaestrella, líder de la comunidad de elfos, les explicó que aquellas tierras estaban cada vez más infestadas de fuerzas trasgoides y que no era la primera vez que alguien de su familia acababa bajo el ataque de una de esas criaturas salvajes cría de dragones.
El grupo explicó a su vez, el motivo de su paso por aquellas tierras y aprovecharon para pedir ayuda a los elfos. Su respuesta fue tajante: no podían abandonar su hogar...pero si ofrecer cierta ayuda desde el norte.

La líder de los elfos, tras dar sepultura al cuerpo del elfo Lanikar, decidió ofrecer el vuelo de sus búhos hasta la ciudad de Rhest y ayudar en lo posible en frenar el avance de la horda por la zona norte.

De esta manera, el grupo se encontró sobrevolando de nuevo los alrededores de Rhest y buscando la manera de enfrentarse a un nuevo señor de las sierpe de la Mano Roja. Saarvith los esperaba en la ciudad...les daría una buena bienvenida?

martes, 15 de julio de 2014

LA HORDA DE LA MANO ROJA (sesión V)

El viaje hasta Rhest les ocuparía tres días. Demasiados para ellos, considerando que a cada minuto que pasaba, la horda trasgoide avanzaba sin freno alguno.
Cierto que algunos soldados de Drellin habían dispuesto cierta oposición en diferentes caminos a Brindol, pero no sería suficiente frente al enorme y poderoso contingente enemigo.
Sin perder tiempo, el grupo de aventureros se dirigió hacia la zona pantanosa de la ciudad abandonada de Rhest, sabiendo de antemano que en sus ruinas habían formado cuartel parte de la Mano Roja bajo el mando de trasgo explorador de nombre Saarvith.

A medio camino, se toparon con un carruaje que había sido atacado por un grupo de guerreros trasgos que se ayudaban de la fuerza bruta de una pareja de ettins. Lo importante de aquella situación, era que el carruaje mostraba escudos de las fuerzas de Brindol.
Mirtha y Kurgan iniciaron el ataque cuerpo a cuerpo, mientras que Nebin actuaba a distancia. Wong era cada vez más diestro en sus ataques de ráfaga de golpes y Artemisa más efectiva en sus ataques y conjuros divinos.

Pero los enormes ettins eran contrincantes dignos de temer. Sus manguales provocaban heridas demasiado peligrosas y mortales como para no tenerlas en cuenta en un enfrentamiento directo.
Tras algunos asaltos, el grupo supo acabar con los guerreros trasgos y dedicarse al completo a las grandes criaturas que atacaban sin piedad.
Tras acabar con ellas, pudieron comprobar que aquel carro transportaba oro para contratar fuerzas mercenarias que podrían ayudar al ejército del valle. En este momento se les planteaba una duda: dirigirse a Brindol para entregar el oro, perdiendo así unos días necesarios para llevar a acabo su misión en Rhest, o esconder el oro y dedicarle la atención debida una vez acabado el encargo en la ciudad del norte? Tras una deliberaciones, optaron por la segunda opción: esconder el oro y recogerlo días más tarde.

Llegada la primera de las noches, el grupo deseaba descansar unas horas tras una larga jornada a caballo. Por suerte, encontraron una especie de cabaña de pastor donde podrían cobijarse de la fría y oscura noche. La casualidad quiso que un anciano trotamundos se encontrara en el mismo lugar y tuvieran que compartir fuego y comida. 

Tras unas risas y ciertos comentarios calenturientos del anciano hacia Mirtha y Artemisa, llegó el momento de descansar y recuperar fuerzas.

Tras las primera de las guardias, un sonido alertó a la comitiva. El batir de unas enormes alas les llamaba a las armas: una peligrosa quimera les esperaba e intentaba darles caza.
Nunca antes se habían enfrentado a una criatura de tal envergadura y peligrosidad. Mordiscos, zarpas, cornadas, arma de aliento eléctrica... La quimera era una máquina de matar y ellos las posibles víctimas.


Se enfrentaron como pudieron a la bestia. Wong intentó atacar desde el tejado de la cabaña, Nebin atacando con su arco mientras tomaba cobertura en una de las paredes de la construcción, Kurgan buscando la atención de la peligrosa criatura... Incluso Mirtha se atrevió a tomar una poción de volar para atacarla desde las alturas.
El peligro era evidente y la posibilidad de morir real. Poco a poco, atacando como podían a un enemigo que podía realizar vuelos y ataques desde las alturas, fueran pellizcando la vida del la quimera.
Tras un muy duro combate, la bestia cayó sin vida al suelo. Había superado una difícil prueba y habían vivido para contarlo.

La recompensa? Un nuevo día les esperaba. Un nuevo día con nuevos peligros...

martes, 8 de julio de 2014

CARGANDO PILAS

Un nuevo año de vacaciones y un nuevo verano repleto de días para descansar, relajarse y desconectar del estrés que nos acompaña durante el curso.
Después de unos días de mucho ajetreo en el trabajo, por fin hemos pillado la furgo y estamos “cargando pilas”. Y la verdad: necesitaba pero “ya!” un respiro no solo del trabajo, si no también de unos meses de mucho lío a nivel general. Por delante, un par de meses para relajarme y disfrutar de alguna cosilla que tengo en mente y en este mismo post os resumiré.
Por lo pronto, decir que las sesiones de juego de La Partida del Lunes se toman un pequeño parón hasta finales de agosto (o ya casi septiembre!). Y lástima, porqué la cosa estaba más que interesante.
Los jugadores ya han superado gran parte de la campaña y están a punto de meterse de lleno en los capítulos finales de la Horda de la Mano Roja. Ya he dicho en más de una ocasión que estamos disfrutando mucho de la aventura. Los personajes han subido sus merecidos niveles y ahora deben sacar jugo a todas sus habilidades para salir airosos de los encuentros que presenta la campaña.
El parón llega en medio de un combate, pero las vacaciones son las vacaciones, y uno necesita un descanso del duro trabajo.

Uno de mis objetivos para este verano será, de una vez por todas, poner al día las crónicas de partidas de la campaña. Por un motivo u otro, se han ido retrasando y la cosa necesita un empujón para que no quede en el olvido. Así que, una de mis actividades de verano será coger por banda las crónicas y actualizarlas de una puñetera vez.

Por otro lado, también tengo en mente comenzar a plantear lo que será mi futura próxima partida. Si seguimos la rotación que masters que últimamente hemos hecho, el siguiente en dirigir sería Jorge, Alcalde y de nuevo un servidor. Pero por si la cosa no sigue el patrón y aprovechando que ahora tengo más tiempo, me pondré a ponerle un poco de “cuerpo” a la idea que hace días que me ronda.
Será algo diferente a lo que hemos jugado, tanto por ambientación, temática y sistema de juego.
La verdad es que la idea que me gustaría plantear me atrae bastante. Tiene algunos puntos que, creo, pueden ser bastante curiosos para los jugadores. Emoción, intriga, dolor de barriga.

Y durante el verano qué? Pues tengo alguna partidilla preparada para jugar con los chavales del camping. El año pasado les monté una aventura sencilla de Star Wars y llevan todo el año pidiéndome otra aventura para las tardes calurosas de verano.
Pero había pensado en montar algo con un poco de continuidad, de más de una sesión. Sistema sencillo, evidentemente, pero con la idea de que vean como su personaje se hace más fuerte, más hábil, más poderoso a cada nueva aventura que superan.
La idea es algo del tipo fantasía medieval más que de ciencia-ficción, pero ellos decidirán en último momento.

Algunos padres de la pandilla del camping también tienen ganas de probar eso de “jugar a rol” y me pidieron que les montara alguna partida corta para ver como va “esa cosa friki a la que juegas”. Y en eso estamos: preparando un Cthulhu, pero muy, muy simple para meterles el gusanillo.
El problema es el cuando jugar. El momento es de noche, cuando los peques ya están en la cama. Pero también es cuando los grandes notan el cansancio y las ganas vienen por juntarse, prepararse un gintonic y pegarse la charla hasta metida la noche.

Pero para eso también me he traído de casa unos juegos que pueden gustar: Room 25, Ciudadelas y Munchkin. Ahora falta ver cuando sale la posibilidad de jugar!

Pues ahí estamos, que si esto que si lo otro. Conectarme, me conectaré poco, pero intentaré poneros al día de lo que me pase por la cabezota, que no es poco.

Disfrutad de las vacaciones y poneros cremita!