sábado, 10 de julio de 2010

He aquí una nueva historia a escuchar... esta, sobre un gran guerrero nacido para la guerra y que encontró el descanso eterno en ella.

Escuchad pues la historia de Gawain, el luchador de la doble hacha orca, de mirada penetrante y de figura imponente. Escuchad como vivió un gran guerrero cono pocos han existido en estas tierras. Escuchad y descubriréis una gran história...


Gawain... descanse en paz.


Gawain nació en las frías tierras del norte. Pertenecía a una de las principales tribus bárbaras de las montañas. Su padre Uwain era el cabecilla de la tribu y un guerrero mítico entre los bárbaros del norte.

Cuando contaba 10 años, ocurrió algo que cambió de raíz el curso de la vida de Gawain.

Los guerreros habían marchado a la guerra y en el poblado solo quedaron mujeres y niños. Gawain recogía leña cuando el ruido de caballos le sobresaltó. Vio con horror como un grupo de guerreros penetraba en la aldea y comenzaba la matanza contra su gente.

Quería moverse, quería correr, quería luchar... pero las piernas no obedecían sus órdenes, su cuerpo anclado al suelo por una extraña fuerza no le obedecía.

Sus ojos se ahogaron en lágrimas al ver morir a su madre y a su hermano.

La matanza acabó y Gawain escuchaba las risas del enemigo y los comentarios que quedaron marcados en su memoria:


-Estan todos muertos Warlock, la princesa estará contenta.- Después los soldados marcharon.


Gawain permaneció en la aldea, solo, rodeado de cadáveres. Las lágrimas se le acabaron, su niñez acabó en aquel instante.

Volvieron los hombres y las escenas de dolor se repitieron. Pero el dolor ya no hacía mella en el joven Gawain, su corazón se había vuelto de piedra.

Les contó a todos lo que había sucedido. Cuando acabó, su padre le lanzó una mirada desprecio. Agarrando su cuchillo, le marcó un corte en la mejilla del muchacho. Gawain no lloró, no gritó, no protestó... Sintió como la sangre descendía por su mejilla y caía a tierra.


-Vete de aquí Gawain, y no vuelvas. No eres digno de ser mi hijo. Eres un cobarde y deberías haber muerto con los demás.


Pasaron los días, los semanas, los años... Luchaba con todo y contra todo, buscando la muerte que acabaría con su deshonor.


Gawain se había convertido en un gran guerrero, taciturno, serio, poco hablador y sin amigos. Cuando por las noches se acostaba, miraba las estrellas y mientras tocaba la cicatriz de su mejilla, intentaba adivinar cual de aquellas estrellas serían su madre y su hermano. Y siempre acababa con el mismo pensamiento: sabía que un día encontraría a Warlock y a su princesa. Aquel día cortaría sus cabezas y la depositaría en la tumba de sus padres para recuperar su honor.

2 comentarios:

  1. Gran guerrero, por supuesto, taciturno, serio y poco hablador, vale, pero, ¿sin amigos? ¡¿cómo que sin amigos?! ¿A que me hago una sopa con alguien?. Era el más grande de los amigos, el vino sabe peor sin Gawain, aunque hay más. Y mis lágrimas no són de borrachera compañieroorl!

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  2. jajajajaja que grandes sois.Piskop tiene razon,Gawain tuvo los mejores amigos que un guerrero puede tener

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