Todo comenzó con una pesadilla...
El clérigo se despertó con el rostro
sudoroso, temblores en todo sus cuerpo y una asfixiante sensación de
miedo en el fondo de su alma.
La visión que había experimentado lo
había dejado realmente preocupado. Era casi real...y eso le
atemorizaba aún más!
Se levantó de su camastro, encendió
una vela del escritorio y comenzó a escribir una carta a una de sus
más fieles alumnas: “Estimada Artemisa...”.
La muchacha leía con atención la
misiva que había recibido de Cruslow, su maestro, un importante
clérigo de alto rango. En ella, relataba la visión que había
experimentado hacía escasos días. En ella, aparecía el Valle de
Elsir totalmente devastado por el fuego, las ciudades destruidas por
la guerra y sus habitantes yacían sin vida bajo las armas de unas
salvajes criaturas: trasgos.
Aquellos malditos engendros seguían un
solo estandarte, donde aparecía una intimidante mano roja.
Cruslow, pedía a la joven Artemisa que
se dirigiera a Transbordador de Drellin para alertar a las
autoridades del peligro que se cernía sobre ellos. Pero también le
recomendaba que no era tarea fácil para realizarla en solitario, ya
que el valle era conocido por sus inquietantes peligros.
Por suerte, Artemisa había hecho
amistad con un gnomo mago que le recomendó un grupo de aventureros
capaces de realizar aquella misión...o morir en el intento.
Kryll, así se llamaba el pequeño
mago, le indicó donde pode rencontrar a los que hasta el momento
habían recorrido su mismo camino.
Así fue como Artemisa (clériga)
conoció a Mirtha (guerrera), Nebin (pícaro), Kurgan (guerrera) y
Wong (monje), e iniciaron su viaje dirección el Transbordador de
Drellin.
Poco tardaron el conocer los peligros
del Valle de Elsir, ya que en una parte del camino, fueron
sorprendidos por el ataque de unas flechas que tenían su origen en
la espesa vegetación del bosque. A los pocos segundos, estaban
enfrentándose a un grupo de soldados trasgos, acompañados por un
can del infierno, que parecían tener emboscada preparada en aquella
zona.
Cuando parecía que la contienda se
decantaba hacia el bando de los aventureros, una segunda oleada de
enemigos apareció de repente. Esta vez compuesta por un oficial y un
clérigo trasgos, junto con otro can demoníaco.
No era tarea fácil batallar contra las
salvajes criaturas y las oscuras artes arcanas del clérigo, pero
finalmente sobrevivieron a este primer encuentro con el bando
enemigo.
Tras recuperarse un poco, consiguieron
llegar a las puertas de Drellin, donde conocieron al sargento Hersk
que les preguntó por el motivo de su visita a la ciudad. Tras dar
las justas y meditadas respuestas, a la par de informar sobre su
encontronazo con los trasgos en el camino, Hersk les dejó traspasar
las puertas de la ciudad y les informó que pasaría parte a las
autoridades de la ciudad.
Durante unas horas, caminaron por la
ciudad conociendo alguno de sus establecimientos, para acabar su
paseo en una de las posadas de la ciudad. Allí, recuperaron sus
fuerzas gracias a una buena cena y se relajaron escuchando el canto
de algún bardo que cantaba sus historias.
Fue esa noche donde conocieron a Norro
Wiston, portavoz de Transbordador de Drellin, y a la capitana de la
guardia Soranna.
Tras explicar lo sucedido en el camino,
y Artemisa exponer la razón de su viaje a la ciudad (la visión de
su maestro Cruslow), el portavoz pidió al grupo desesperadamente su
ayuda: necesitaban a alguien que acabara con las bandas de trasgos
del Bosque Embrujado, por donde circulaba la más importante vía de
comercio de la zona: la Ruta del Alba.
El grupo no se lo pensó demasiado.
Todos vieron en los ojos de Wiston el temor de lo que estaba por
venir, y en los Soranna la furia frente a la impotencia de poder
hacer nada al respecto.
Pero lo que realmente les empujó a
aceptar la misión fue que todo aquello, comenzaba a encajar con lo
que Artemisa les había explicado sobre la visión de su maestro.
Tras una noche de descanso, los
aventureros iniciaron su viaje en dirección el Bosque Embrujado. Era
el comienzo de una nueva aventura. Y sabían que podía ser un viaje
sin retorno.
Primera sesión de juego donde el grupo
se enfrentó a trasgos, magia oscura, canes del infierno y un pequeño
grupo de arañas del bosque. En la ciudad pudieron rolear con sus
personajes conociendo algo más la zona, comprando algo de equipo y
dialogando con los Pnj's de Drellin.
Lo más recordado será ver a Wong al
borde de la muerte tras un poderoso ataque de Mirtha, bajo el influjo
de un conjuro de “orden imperiosa” del clérigo trasgo.
Y eso que les avisé: en esta campaña,
las van a pasar canutas...o eso espero! MU HA HA HA HA!!!
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