sábado, 5 de noviembre de 2011

KORUM "El dos sangres"

Y entonces despertó.

Lo primero que vieron sus ojos fue todo un amasijo de entrañas, restos humanos, rostros desencajados, brazos y piernas separados de sus cuerpos... y sangre, mucha sangre.
Intentó enlazar las últimas imágenes que aun estaban frescas en su memoria.

Recordaba como un grupo de 14 o 15 soldados fronterizos, de la peor calaña que podías encontrar en tu camino, detenían a un grupo de comerciantes nómadas para "revisar", como decían ellos, la mercancía que trasladaban.
En estas situaciones era normal que los aduaneros requisaran buena parte del cargamento, pero encontraron algo que les llamó mas la atención. Las dos hijas del vendedor fueron, desde aquel momento, el único objetivo de los soldados.
Sus ojos lascivos no dejaban de desnudar con la mirada a las dos muchachas, sus comentarios obscenos les asustaban, sus movimientos repulsivos no auguraban sino lo peor. Animados los unos con los otros, llevados por un instinto casi animal, los soldados desgarraron los ropajes de las chicas y se disponían a aprovecharse sexualmente de las niñas bajo la mirada de un padre rabioso pero impotente.

Al ver aquella situación notó como su corazón latía con mas fuerza.
Recordó cual era su origen, como su madre le explicaba el fatídico día en que apareció en el poblado enano un grupo de bárbaros sedientos de venganza. Aquel día sería recordado para siempre como uno de los mas sangrientos de toda la cordillera norte. Todo guerrero murió, toda mujer violada... toda esperanza destruida.
Su madre fue de las pocas mujeres que sobrevivieron a la masacre, pero en su vientre albergaba el terrible recuerdo de aquel oscuro día. Meses mas tarde él nacería bajo el nombre de Korum el "dos sangres".
Ya desde pequeño fue repudiado por todos por ser el recuerdo vivo de aquel deshonor. No tuvo una infancia fácil al escuchar continuamente que por sus venas corría sangre enana y bárbara a la vez.
Tal fue la vergüenza que atormentaba a su familia que, una noche mientras Korum dormía, su madre decidió quitarse la vida cortándose las venas.
Estaba solo. Sin nadie que protegiera al pequeño, la ira del deshonor que pesaba sobre su cabeza, era cada vez mas dura. Las palizas y los insultos eran diarios, y cada vez el brillo inocente de los ojos del chico fue desapareciendo. A cada nuevo golpe que recibía su piel se endurecía, a cada nuevo insulto su alma se secaba.

Y entonces a pareció Narthebul, un mercenario amigo del pueblo enano, que al ver aquella criatura despojada de toda humanidad decidió acogerla bajo su tutela y enseñarle las mas secretas artes de la lucha.
Desde aquel día no pararon de viajar, de un lugar a otro. Cada día un nuevo trayecto y una nueva lección. Todas bajo una misma filosofía: mata antes que te maten.
Así fue como Korum aprendió a quitar la vida.

Recordó coger su hacha y notar el golpe seco al clavarla sobre la cabeza del primer soldado que encontró en su camino. de sus labios brotaron solo unas palabras: "Vais a morir".

Los soldados desenvainaron sus espadas y se abalanzaron sobre él con ojos rabiosos. Su hacha barría a un lado y a otro los cuerpos de los primeros enemigos que llegaban a su posición cortando de cuajo brazos y piernas, pero eran demasiados y él estaba solo.
Los soldados se lanzaron sobre él golpeándolo sin freno, golpe tras golpe, patada tras patada... y sucedió.
Escuchó el latido de la tierra, la fuerza de la roca, el poder de la tierra. Notaba como su cuerpo era el receptáculo de una energía nueva y poderosa. Una voz arcana le dijo: "Korum, tu eres el elegido. En ti se mostrará el mensaje de la tierra. En ti se unificará su poder. Tómalo y úsalo".
Calor, ira, dolor, rabia, dureza, fuerza, rigidez...
Después, una gran explosión de piedra y roca. Después, muerte.

Los soldados quedaron hechos pedazos y en medio de toda la montaña de cadáveres, Korum.

Y entonces despertó. 


Trasfondo de uno de mis primeros personajes de rol por foro (Comunidad de Habbanichi, ahora ya desaparecida), donde roleabamos con Pj's relacionados con un elemento. En mi caso: la tierra. 
Buena partida, buena idea de ambientación y con muchas probabilidades de que la "recuepere" en algún momento.

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