Es curioso lo que tiene esto del rol que, entre tanto sistema de juego, tantas adaptaciones, tanto “esto es como el D&D pero con toques del Aquelarre” y tanto follón, acabas con una diarrea rolera en la cabeza que acabas mezclándolo todo. Por ese motivo es importante, de vez en cuando, releer los manuales de juego para recordar algún aspecto que queda olvidado entre tanta neurona friki que tenemos los “amantes del rol” (que bonito mé quedao esto último!).
Y es en lo que estoy ahora mismo.
Releyendo el Manual de jugador de D&D 3.5. Y sí, hay cosas que
he vuelto a descubrir.
La cosa va de la siguiente manera:
En La Partida del Lunes, no somos muy
seguidores de las normativas de juego demasiado estrictas ni
complicadas. Nuestro lema es “pocas normas, mucha acción y más
risas”. Así pues, ya hace mucho que con las opiniones de los
miembros del grupo, ideé un sistema de juego (ROL'on) que se basa en
la creación de PJ's de manera rápido y un sistema de juego sencillo
y resultón. Vamos, que en 5 minutos le tienes el “tranquillo
pillao”!
El sistema funciona, pero hace unos
meses que comenzó a nacer el gusanillo de volver a dirigir una
partida puramente D&D. Eso sí, sin complicarme la vida con las
cargas, algunos bonus o malus y alguna cosilla que no me gusta del
sistema. Pero he creído necesario darle un nuevo vistazo al manual
para volver a descubrir cosas que tenía olvidadas. Olvidadas o
viciadas por otros sistemas de juego.
-Tira todos los dados y, si superas 15, ves la puerta que tienes a un palmo de los morros
donde dice "Aquí está el tesoro".
Por poner un ejemplo, en nuestro
ROL'on, al obtener un crítico en nuestras tiradas de ataque,
directamente multiplicamos por 2 o por 3 el resultado del dado de
daño. Es decir, si utilizamos una espada corta de d6 y sacas un
crítico, multiplicaremos el resultado del d6 por 2.
En el D&D, deberíamos tirar 2
dados de 6 y sumar sus resultados.
Otro ejemplo ahora que estamos en el
apartado de combate, es la suma del bonificador de fuerza a la tirada
de daño. Cosa que nosotros no hacemos ya que nuestra lista de armas
esta limitada según la fuerza que posea el Pj (lo que se llama
requisito de uso, vamos).
Todo el tema de bonificadores y
penalizadores de armadura... otra que no utilizamos. Ya sé que la
idea es ser lo más real posible y que un caballero ataviado con una
armadura de placas no me puede bailar el waka-waka con todas las de
la ley, pero prefiero algo más rápido que no estar contando de aquí
y restando de allá.
-Saminamina eh, eh, waka-waka eh, eh!!!
Y estoy convencido que, continuando mi
lectura del manual del jugador, y seguidamente el de director,
volveré a descubrir cosillas que había olvidado. Como mínimo me
servirá para evaluar si me son útiles o vuelvo a dejarlas en la
parte oscura de la memoria.
Y por cierto, vosotros qué sois: de
los de sistemas densos con sus tablas y su estricta normativa, o sois
de los de sistema “bueno, bonito y barato”?