sábado, 24 de noviembre de 2012

LA LLEGADA DE SINH (sesión IX)

Antes de entrar e la caverna, el grupo discutió como podrían acabar con Sinh. Sentían un enorme pesar al saber que la única forma de acabar con la aquel ser maligno, era dejarlo entrar en el cuerpo de Yuna y dar muerte a la muchacha de inmediato...pero aquello atormentaba especialmente a Artenis y a Sigilo. Y si Sinh entrara en otro cuerpo y no en el de Yuna?
Pero el peligro ya les era presente en la entrada de la cueva: un enorme lobo de las nieves y un flan de hielo, aguardaban a los mercenarios y guardianes sedientos de sangre. Tras un encuentro corto y sin demasiados problemas, se adentraron en la cueva por un estrecho, oscuro y húmedo pasadizo. No faltaron los resbalones y las caídas...para, al final llegar a una sala subterránea repleta de hongos en forma de huevo. Un escenario algo inquietante...
Al acercarse a aquellos hongos, estos se abrieron dejando escapar un nube de humo verde. El efecto de este: crear confusión y provocando que se atacaran entre ellos. Akane y Sigilo se vieron enfrentadas en uno de estos combates, resultado del aliento tóxico de los hongos.
Mientras, Kairon, Artanis y Yuna, al adentrarse en uno de los pasillos en el que desembocaba la enorme sala, cayeron por un agujero y acabaron en un profundo pozo. Allí les esperaba las sedientas fauces de un can del infierno al que tuvieron que hacer frente. La situación se complicaba por momentos y la fina línea de la muerte se perfilaba en el horizonte de los protectores de la Elegida. Finalmente, superaron aquel encuentro no sin daños preocupantes para su salud y estado de ánimo.
Sigilo y Akane, tras recuperarse de su estado de confusión provocado por los hongos, se reencontraron con Pijus y siguieron otra de las galerías que presentaba la sala. Tras unos minutos de tensa tranquilidad, se enfrentaron a un Begimo. Gracias a dos afortunados y efectivos ataques, y al poder de los ataques Medusa de Akane, los aventureros acabaron con la criatura y pudieron continuar su camino en busca de los desaparecidos.
Todo el grupo se unió de nuevo tras unos minutos de explorar por la gruta, momento que aprovecharon para descansar y recuperarse de lo acontecido. Estaban realmente en un estado de salud preocupante...y aún les faltaba enfrentarse al último de sus temidos enemigos: el Alpha Omega.
El momento crucial había llegado, tras una enorme puerta se encontraba el objetivo por el cual habían viajado por todo Spyra, el destino de Yuna y la decisión que lo cambiaría todo.
Traspasaron la puerta y se encontraron con la enorme criatura que franqueaba el paso hacía el lugar donde Yuna tendría que efectuar el ritual, junto con las piedras de pode conseguidas, para “dejar entrar” a Sinh en su interior.
Mientras Kairon, Sigilo, Pijus y Akane se enfrentaban al Alpha Omega, Yuna y Artanis se escabullían dentro de la pequeña sala de ritual, encontrándose con una especie de espejo voluble.
La Elegida, junto con su guardiana, traspasaron el portal y llegaron a un escenario inesperado: un claro de bosque. Pero lo más inquietante no era el cambio de lugar, si no la presencia de una nueva Yuna, clon de la original. Artanis presentía lo que podía ocurrir y buscó diferentes estrategias para “marcar” a la Yuna original (hacerse ella misma un pequeño corte para marcarla con sangre, entre otras...). Pero lo inesperado fue que al marcar a la muchacha, apareció otra nueva Yuna, también marcada con sangre... La única marca que distinguía a la Elegida real de las otras, era el tatuaje que mostraba en su brazo, igual al de Artanis. Fue la manera de hacer desaparecer a los clones de Yuna e iniciar el peligroso ritual.
En el exterior, continuaba el sangriento enfrentamiento del resto del grupo con el poderoso Alpha Omega. Las fuerzas de los aventureros mermaban frente a aquella criatura formada de pura energía, pero la determinación y la voluntad de liberar a Spyra de Sinh, alzaba a los guerreros en pos de una victoria merecida.
Y finalmente, Alpha Omega sucumbió frente a los ataques de Kairon, Sigilo, Pijus y Akane. Pero...qué había pasado con el ritual?
A los pocos segundos, sus preguntas tuvieron respuesta: Yuna apareció...portando la daga que le había regalado Sigilo y la mano ensangrentada. El ritual se había efectuado...pero el sacrificio había sido otro.
Desde aquel día, Artanis fue recordada en toda Spyra como “aquella que había substituido a la Elegida”.


FIN DE LA PARTIDA

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