sábado, 7 de mayo de 2011

EL ÚLTIMO CAMPEÓN #9

Continuando a este ritmo estresante para ponernos al día con las crónicas de nuestra aventura actual, tenéis ante vosotros la última de las sesiones de juego de la gente de La Partida del Lunes.


Tras en nuevo intento de asalto a Ciudad Gremio, nuestros protagonistas se equiparon a consciencia para volver a las peligrosas tierras del Olvido (nada más y nada menos que una hora estuvimos para vender, comprar, intercambiar, etc., material y objetos del equipo).

Galahad, Green, Jonas, Sansón y Eldelbuk intuían que las respuestas a aquellos ataques estaban dentro del templo que habían visto en sus visiones. Y también estaban convencidos que aquella misión no sería nada sencilla. Entrar en un templo de aquellas características, repleto de peligros, con intrincados y perdedores pasillos, trampas mortales, etc., era sinónimo de entrar en la “boca del lobo” sin saber cuando se saldría. Y si la salida sería con los pies por delante...


Una vez preparados, se embarcaron en un navío que los dirigió nuevamente hasta la isla. Una vez en tierra firme, Eldelbuk reconoció el terreno y pudo encontrar sin dificultades el camino a la guarida de Torga, el hombre-tortuga. El plan del grupo consistía en preguntarle a Torga si conocía la localización del templo y si había observado algún movimiento extraño en la zona.

Pero más valía que los miembros del grupo extremaran sus sentidos de alerta, ya que a punto estuvo el hechicero de caer en una de las trampas que el hombre-tortuga había situado en las cercanías de su cueva. La suerte estuvo a favor de Eldelbuk, ya que solo quedó en un susto y no recibió heridas.

Torga les explicó que la situación en la isla había empeorado: más hombre-bestia bajo el influjo de las piedras de dominio, más desapariciones, un aire enrarecido por algún tipo de maldad...

Por suerte, el hombre-tortuga, conocía el lugar del templo elefante, lugar donde se dirigía el grupo de aventureros.

Tras unas horas de camino, llegaron a los jardines de entrada al templo.

Al frente, la enorme estructura del templo, decorada como una inmensa cabeza de elefante que impresionaba solo al verla. En la parte central una zona con agua que, en alguna época del pasado, debía ser una fuente. El terreno, verde a causa de la vegetación, presentaba irregularidades, pequeñas elevaciones como si el suelo hubiera cedido al paso de los años...

Quién fuera que hubiera construido, hace ya muchos años, aquella maravilla, podría sentirse totalmente orgulloso de su creación.

Tras recuperarse de la intimidación del lugar, el equipo observó los alrededores buscando algún tipo de guardia. Se extrañaron que no hubiera nada ni nadie vigilando la entrada al templo. No era nada normal...

Extremaron, esta vez sí, la guardia en caso de emboscada o peligros inesperados. Lo único que notaron era un pequeño temblor que se incrementaba al acercarse al edificio, junto con un sonido grave.

No tuvieron mucho en qué pensar cuando aparecieron, salidos de las aguas del estanque, 4 hombres-rana armados con jabalinas y espadas largas. Fue el disparo de salida a un combate que, hasta aquel momento, les pareció totalmente favorable a su bando.

Lo que desconocían era que bajo tierra (de ahí los temblores) saldrían a la luz dos enormes engendros arcanos, similares a los trolls, y con gran y salvaje poder ofensivo.

Si bien el elemental de agua que creó Eldelbuk ayudó en los primeros compases del combate, poco podía hacer frente a unas criaturas tan poderosas. Mientras, el resto del grupo se enfrentaba a los hombres-rana desgarrando poco a poco puntos de vida de aquellas criaturas. Pero descubrieron con rapidez la capacidad de estos mutantes a recuperar vitalidad al entrar en contacto con el agua. Aquellos monstruos que veían mermada peligrosamente su vida, se lanzaban al agua para recuperarse de las heridas y volver, poco más tarde, a la lucha.

Poco a poco los enemigos iban cayendo... pero no lo hacían en solitario. Las dos enormes criaturas eran terriblemente peligrosas y, si llegaban a alcanzar a alguno de nuestros protagonistas, las heridas eran considerables.

Y sucedió lo que debía suceder... uno de los miembros murió. Sansón cayó bajo la ofensiva de las criaturas arcanas, dejando cierta inquietud en el resto de guerreros. Si había caído uno de los semi-orcos... podría sobrevivir alguno de ellos?

El combate prosiguió, pero las fuerzas estaban muy tocadas en el grupo, hecho que provocó la caída en la inconsciencia de otro de los miembros: Eldelbuk.

La cosa se complicaba y mucho. Qué hacer? como actuar? como vencer?

Tras una plan desesperado, los tres miembros del grupo decidieron actuar para, como mínimo, poder salir con vida de aquel encuentro. Pero algo debió fallar en el plan ya que Jonas también cayó bajo el ataque del enemigo.

La única esperanza era Galahad y Green. Poca esperanza para una situación como aquella.

El paladín decidió utilizar su poder de “revivir muertos” (poder que solo puede utilizar una vez durante el combate) y dar vida a Sansón. Con la ira y la furia de haber vuelto de entre los muertos, el guerrero acabó con los enemigos en pocos segundos, ya que tras un largo combate estaban muy demacrados y débiles para enfrentarse a la furia del semi-orco.

Al finalizar la batalla, se centraron en sanar las heridas de sus compañeros y recuperar la calma que tanto necesitaban.


Y aquello solo era el principio... Solo estaban a los pies del templo...



Dura sesión ya que la cosa se complicaba más y más para el grupo (como master-cabrón fue una gozada verlos caer uno a uno... MUHA HA HA HA HA!!!). El hecho de ver morir a un compañero no gusta nada, pero nos demuestra que nuestras acciones repercuten en el juego y, a su vez, en el resto de grupo y compañeros.

Una interesante reflexión que se dio en la partida fue cuando Galahad (Alcalde) planteó utilizar su poder de “revivir muertos”. Debía decidir a quién revivir, pero no era una decisión fácil: por un lado al semi-orco caído perdiendo poder arcano de Eldelbuk..., revivir al hechicero bajo la posible recriminación del hermano gemelo Jonas... No lo dije, pero pensé aquella gran frase de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”... y que se lo digan al paladín!!


Bueno, el lunes otra nueva sesión de juego, esta vez en las entrañas (primeros pisos) de este enorme templo donde quién sabe que esconderá.

2 comentarios:

  1. Pues si la verdad es que fue una buena partida aunque lo pasamos francamente mal.Pero bueno salimos adelante.Pero a mi no me pongais nunca mas en la disyuntiva de salvar a uno o a otro.Friamente no podemos desprendernos de los poderes del elfo(incluyendo su superelemental).Pero cualquiera deja morir a uno de los gemelos semiorcos,el otro me la corta.
    En fin veremos que nos deparan las proximas partidas

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  2. Galahad, las disyuntivas son sal en la partida y narrativamente hubiese sido cojonudo. ¿Qué personaje es más valioso para la partida? La que voy a montar será de romperse la cabeza con elecciones... sus vais a cagar.

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