viernes, 1 de julio de 2011

EL ÚLTIMO CAMPEÓN #12

Tan solo bajar el último escalón de la escalera que les llevaba al cuarto piso del templo, el grupo volvió a separarse con la clara intención de encontrar la nueva escalera de bajada, cuanto antes mejor.

Los gemelos semiorcos dirigieron sus pasos hacia la izquierda, mientras que el resto del grupo iba en dirección contraria, siguiendo un extraño resplandor de color escarlata.

Ambos grupos se sorprendieron por igual al encontrar algo que desconocían por completo.

Jonás y Sansón, encontraron unas jaulas donde una treintena de hombres-bestia eran retenidos para, más tarde, obligarlos a injertarles la piedra de poder contra su voluntad. Galahad, Green y Eldelbuk, encontraron el motivo de aquella brillante luz rojiza: una sala repleta de piedras de poder, de diferentes tamaños, dispuestas para ser utilizadas en los cuerpos de los prisioneros animales.

Aunque este último grupo actuaba con sigilo (“cuidadín” como decimos en La Partida del Lunes), la pareja de semiorcos no eran, que digamos, muy cuidadosos en no ser advertidos. Y aquel descuido tuvo consecuencias...

Una pareja de azotamentes, encargados de implantar la piedra de dominio en los hombres-bestia, se percató de la existencia de intrusos e inició su ataque. Todos sabemos el peligro que los azotamentes pueden ocasionar con sus “explosiones mentales” y esta técnica les provocó bastantes molestias al grupo aventurero. Sobretodo cuando iban cayendo inconscientes uno por uno y los monstruos iniciaban su “extracción” de cerebros.

La llegada del trío investigador de las piedras de dominio, ayudo muy mucho a que los semiorcos salieran por su propio pie de aquella situación. Si no... habrían podido ser las primeras dolorosas bajas del grupo en la aventura!

El grupo pudo acabar con las dos criaturas, no sin tener momentos tensos y de peligro. Notaron que la aventura se volvía más dificultosa a cada nuevo paso.

Tras investigar la sala donde se realizaba las salvaje cirugía a los hombres, fueron hacía las escaleras de bajada que Green, Galahad y Eldelbuk habían encontrado anteriormente.

Nuevamente, el grupo se separó, pero por poco tiempo, ya que Galahad y Green se toparon con una asquerosa sala, de olor putrefacta, humedad en el suelo y de mala pinta, e la que decidieron no internarse no fuera que apareciera algún monstruo de entre aquella inmundicia.

Tras volver sus pasos, encontraron a sus compañeros admirando una sala romboide, decorada con diferentes frescos en sus paredes donde se narraba por imágenes, la secuencia de como se habían creado los hombres-bestia. Todo bajo la mirada de un enigmático hombre de mirada severa y odiosa. El fresco final, presentaba a Ciudad Gremio, destruida totalmente y dominada por el poder de aquel desconocido humano.

Lo más extraño de la sala, era una puerta de metal labrada con la imagen de un niño de unos 2 años. Qué significaba la inocencia de aquel niño, dentro de aquel espectáculo de destrucción? La respuesta se encontraba en su mirada, exacta a la del humano que parecía disfrutar con la caída de la ciudad de Lord Skarion.

Eldelbuk y Galahad, notaban la presencia arcana tras aquella puerta. Pero no tenían mucho tiempo para reflexionar, ya que la curiosidad de Green le llevó a “despertar” a una pareja de incorpóreos. Ningún problema para el grupo, que acabaron si dificultades con las criaturas.

Pero qué hacer en aquel momento? Abrir la puerta o...

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