sábado, 22 de mayo de 2010

EL DESTINO DE ALTEA (crónica nº1)


Los primeros rayos de sol se estrellaron con la férrea muralla de Ank-Mortor, dejando atrás el bullicio y el ajetreo nocturno digno de una ciudad que nunca duerme.
Y es que Ank-Mortor era una gran urbe de cerca de cinco millones de personas en un espacio pensado para dos millones.
No hace falta decir que en ella se podría encontrar criaturas de cualquier raza o clase, abarrotando en todo momento cualquiera de los cinco barrios que componían aquel frenético núcleo de población.
Por un lado existía La Ladera, el barrio de los ricos y la aristocracia. En esta parte de la ciudad es donde se encontraba el palacio del rey, el Gran Harrison III, conocido por todos por “el Buenazo”.
A continuación existía La Frondosidad, un barrio donde se encontraban los mercaderes y la alta burguesía. Aquí se encontraba la famosa tienda de armas “El punzón que hace pupa pupa”, conocida en todo el continente por la calidad y el alto precio de sus productos.
Siete puertos, era el barrio situado en el centro de la ciudad. Era el barrio más grande y popular de los cinco que formaban Ank-Mortor. Mercaderes medios, clase media, trabajadores... Un amplio abanico de ciudadanos al servicio de la ciudad.
Mas allá existía Las Cabañas, el barrio pobre pero tranquilo en comparación al último barrio y mas peligroso de todos ellos: Las Sombras Oscuras.
Este era el barrio mas degradado donde vivía lo peor de la sociedad. A la luz del día era un barrio infecto y peligroso, pero al caer la noche se convertía en un lugar aún mas horrible donde existían muchas posibilidades de encontrarte con un muñón donde antes tenías cabeza.

El acto mas famoso en Ank-Mortor era el día en que se celebraba “El Circo de los Héroes”. Aquella competición reunía a los mejores guerreros que debían enfrentarse a los Héroes de la ciudad en una lucha sin igual cuerpo a cuerpo. La peculiaridad de aquel torneo era el hecho que los combatientes se enfrentaban totalmente desnudos y bañados en un aceite consagrado.

Fue este el motivo por el cual los protagonistas de nuestra crónica llegaron a Ank-Mortor: la búsqueda de algo mejor para sus vidas.
Piskop, el kender parlanchín con la misteriosa fortuna de encontrar en sus múltiples saquitos las pertenencias de quién se cruzara en su camino; Kratos May, un guerrero humano sediento de venganza y impaciente por recuperar su honor perdido; el bárbaro Gawain, que viajaba de aquí para allí buscando la respuesta a una misteriosa pesadilla que lo acompañaba desde pequeño; Gorak “el hermoso”, el orgulloso guerrero enano con un pasado indigno de su linaje; y por último Trygg Halstag, un misterioso y desconfiado semi-elfo hechicero sin un hogar al cual retornar.

Todos ellos se dirigieron a la Caserna de los Siete Puertos, la entidad sin ánimo de lucro que se encargaba de los dirigir los espectáculos del Circo de los Héroes, regentada por el Gordo Jim. Como el propio nombre indica, Jim era un hombre “gordo” en el mejor sentido del término: gordo, enorme y sudoroso. Podía parece un tipo fofo, pero al prestar mas atención al responsable del Circo , se podría advertir que no era grasa, sino músculos relajados los que formaban el grandioso cuerpo de Jim.

La experiencia del Gordo Jim fue suficiente como para afirmar que aquel grupo de desconocidos eran la mejor opción para una buena tarde de lucha. Así pues, aceptó sus inscripciones y los acompañó hasta el lugar donde se realizarían los preparativos para el Circo.

Piskop, Kratos May, Gawain, Gorak y Trygg se desnudaron, dejándose rociar todo el cuerpo por el aceite consagrado que les embadurnaban una esclavas mulatas semidesnudas. Acto seguido, escogieron las armas para el combate y salieron a la arena de combate.

La multitud gritaba enfervorecida, no por la aparición de los desconocidos, sino por la llegada en aquel mismo instante de los Héroes de la ciudad: Magnus Puño de Hierro, Avi la mujer guerrera, Günter el Semi orco, Hansel el Bello, Selquist el Intrépido y Picota el kender asesino.

La lucha se inició bajo los gritos ensordecedores del público, dando lugar a una secuencia de acciones de los combatientes para evaluar las habilidades de los oponentes, buscando cuales eran sus puntos débiles.
Los ataques conseguían alcanzar a sus objetivos y eran respondidos a su vez por nuevos ataques llenos de furia y odio. Pero entre tan sanguinarias acciones, quién parecía que saldría mas airoso de aquella contienda y vencedor de la lucha, era Hansel el Bello. Utilizando su efectivo hechizo de enamoramiento, conseguía que sus oponente quedaran totalmente absortos de su belleza e incapaces de no cumplir sus órdenes.
Pero aquellos guerreros eran los mejores en su trabajo y, poco a poco, fueron acabando uno todos y cada uno de los famosos y aclamados Héroes de Ank-Mortor.

Curiosa es la voluntad del destino, que desde aquel día se comenzó a hablar de Piskop “el Kinder”, Kratos May “el deshonrado”, Gawain “el misterioso”, Gorak “el hermoso” y Trygg “el tristón” como los nuevos Héroes de Ank-Mortor.

2 comentarios:

  1. estamos de pruebas23 de mayo de 2010, 21:12

    fantástico!

    ResponderEliminar
  2. Menos mal que no pusiste lo de la cerbatana con los granos de arroz,,,que tengo un prestigio que mantener

    ResponderEliminar