lunes, 2 de abril de 2012

NAZARENO MAN


Querido diario,

Nuevamente me veo envuelto en una peligrosa misión para salvar a Torontontero, y al tol mundo mundial de los 7 continentes y parte del espacio ínter-estelar de las estrellas, de un peligroso villano.
Conocía de su existencia ya que, anualmente y por estas fechas, acostumbra a hacer su aparición por la ciudad e iniciar su objetivo de sucumbir a toda la humanidad bajo sus maléficos planes de auto-destrucción. Sí, amigo mío, es llegar la Semana Santa y que vuelva a tocar los cataplines...

Nazareno man!!!

Años anteriores había conseguido acabar con su ataque viral durante la bendición del ramo de forma rápida y sin grandes consecuencias. Nazareno Man, había ideado un plan para subordinar a toda la población bajo sus dominios utilizando ramas de marihuana en vez de laurel. Aquello provocó un desmadre de tal envergadura que faena tuve para poner cada casa en su sitio, comenzando por el cura “despelatao” y enseñando el “palmero” con todo lo que cuelga, y acabando con la conga de viejas que imitaban a las Mama Chicho sin mucha fortuna, que digamos...

Otro año, ideó la fabulosa alternativa de “bendecir al Ramos” y no “el ramo”. Objetivo: que cada familia de Torontontero adoptara una criatura, como si habláramos de un Tamagochi, a imagen y semejanza del jugador del madrid. La cosa no era otra que destruir por completo todo el juego de copas que las honradas familias de la ciudad tenían en propiedad. Y Nazareno Man sabía que el tal Ramos, en tema de copas, es un auténtico Terminator!
 -Lo poco que te quea, pisha!! Muha, ha, ha, ha...

Pero esta vez ha ido más lejos de lo que me esperaba, ha ido a lo más bajo... El plan de este 2012 ha ido dirigido a los más pequeños del hogar: a los pobres e inocentes niños. Nazareno Man ha utilizado un reclamo que pocos niños saben dejar de lado, cayendo uno tras otro en manos de su instinto “chucheril”. Sí, amigo, ha utilizado la terrible arma de:

la piruleta nazareno!

No se el número de infectados por este terrible y dulce virus, pero sé que el trabajo será duro. Como le quitas a un niño su caramelito...
Ya lo tengo: cambiar un caramelo por otro!

 

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