jueves, 23 de septiembre de 2010

EL YELMO DE DOLFEN #3

Y aquí va la tercera de las entregas-sesiones de la partida que estamos jugando actualmente. Esta vez, queda demostrado totalmente que no solo de “mata-mata” vive el rol. Ni un solo combate acompañó al grupo durante las 3 horas de juego. Eso sí, algún que otro enigma, tiradas de habilidad, situaciones dudosas, planteamiento de grupo, situaciones de riesgo…, de eso sí que no faltó.
Vamos a por ello…

Tras el episodio del pozo, el gobernador de Greenyard, les propone visitar el misterioso oráculo, en el que podrán encontrar respuestas a los múltiples interrogantes que tiene el grupo.
Mientras se preparan para el viaje, la joven y misteriosa Nyx descubre en la antigua biblioteca el significado de los símbolos gravados en las paredes de la guarida del caos. Hacen referencia a un personaje conocido como "el alquimista”.
Por otro lado, el paladín Galahad, se dedica a orar en el templo de Dolfen. Allí tiene una visión: se le aparece el paladín Dolfen y le pide que sea el responsable de devolver el yelmo a su lugar.
Reunido el grupo de nuevo, se dirigen al oráculo donde vivirán una serie de misteriosas situaciones.

Sin tener en cuenta el peligro de los pasadizos que quedan bloqueados al pasar un determinado número de personas, obligándolos a no tener otra opción que avanzar y avanzar.
De entre las trampas: baldosas numeradas al más puro estilo sudoku escondiendo una avalancha de flechas al no superar cierto tiempo de resolución (creo que me pasé con el poco tiempo que les di para resolverlo… ehem, ehem…), fosos profundos, niebla misteriosa, suelo de ácido, baldosas que activaban ataques laterales de proyectiles…

Finalmente, y con cierta habilidad, consiguieron llegar al buscado Oráculo donde pudieron encontrar respuesta a los interrogantes que suscitaba la misión. El Oráculo les informó sobre la identidad del alquimista del Caos: Kalan Ur Novack, y a su vez les informó de que solo un arma bañada en las aguas sagradas del Oráculo, podría acabar con la vida del maléfico alquimista.
El grupo decidió, muy correctamente a mi parecer, que el arma bendecida fuera la del paladín Galahad, bien por ser paladín, bien por tener el bonus mas alto en combate cuerpo a cuerpo.
Ahora solo les faltaba dirigirse a la fortaleza de Kalan Ur Novack y darle muerte.

La cosa parece fácil, eh? Pues en la siguiente crónica descubriremos las complicaciones que tiene el grupo para poder avanzar en dicha fortaleza.

Hasta una nueva entrega!

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