sábado, 22 de septiembre de 2012

LA LLEGADA DE SINH (sesión II)

Mientras el grupo se recuperaba a base de una buena cena a base del pescado de Besaid, todos escucharon las palabras de la anciana que había cuidado de la niña Elegida los últimos meses.
Yuna, la Elegida, se había manifestado como tal hacia muy poco, pero había despertado el interés de los seguidores de Sinh...y a su vez, también la responsabilidad de Artanis y Sigilo.
Ahora la vida de la niña era un mortal contrarreloj en busca de las 4 piedras de poder elementales (agua, fuego, hielo y rayo) y llegar a tiempo de realizar un misterioso ritual al que Artanis se negó a descubrir a sus compañeros.
Por suerte, la situación geográfica de las piedras era conocida: la primera en el Templo Negro, dentro de la Llanura de los rayos; la segunda en la Montañas de fuego; la tercera en algún lugar del Lago Van; la tercera en los Montes blancos.
Así pues, el primer objetivo se encontraba no muy alejado de ellos. Pero primero debían traspasar el Bosque de Macalania...
Este bosque era conocido en toda Spyra por ser tan bello como mortal. En su espesa vegetación se podía encontrar plantas de olor penetrante y tacto venenoso, criaturas camufladas hasta la invisibilidad esperando el momento para caer sobre su presa, caminos que conseguían desorientar al mejor de los exploradores, un clima húmedo que solo provocaba la inquietante sensación de claustrofobia...
El grupo se internó en aquella zona con los 5 sentidos en plena atención. La formación en la que se agrupaban, resguardaba a Yuna de los posibles peligros que pudieran aparecer en el camino.
En un momento del camino, algo llamó la atención de Kairon: un movimiento a escasos metros de su posición. Tomando la máxima prudencia, el grupo avanzó para descubrir lo que sería un Petrus (una especia de armadillo de piedra, enorme y con coraza puntiaguda) y un oso salvaje y muy agresivo.
El combate se inició sin muchos miramientos y los miembros del grupo utilizaron sus mejores habilidades para luchar con el enemigo. La magia de Pijus, las granadas y el ataque a distancia de Akane y la lucha cuerpo a cuerpo de Artanis, Sigilo y Kairon, decantaban la balanza hacia su bando. Pero no era tarea fácil...incluso la llegada de un Flan de Agua, complico un poco la situación.
Pero con los conocimientos sobre las vulnerabilidad de ciertas criaturas a los ataques elementales , la victoria no tardó en llegar. Un buen ataque de agua contra el Petrus y de electro contra el Flan de Agua, acabó con ellos en un momento.
Tras continuar el viaje, llegaron a Otumba, una población donde pudieron descansar y aprovisionarse con pociones, nuevas armas y algún objeto que creyeron útil en el futuro. Todo, bajo una conducta del todo desapercibida y escondiendo a Yuna en todo momento. Incluso engañaron al posadero de la presencia de la niña, haciéndola entrar en la habitación por la ventana.
Tras la noche de descanso, llegaron en escasas horas a la temida Llanura de los rayos. Por suerte, la presencia de los enormes para-rayos, evitaba que los miembros de la compañía recibiera la descarga venida del cielo.
Finalmente llegaron a la entrada del Templo Negro, guardado por un grupo de Monjes Negros, dispuestos a evitar que nada ni nadie llegara hasta la piedra de poder. El primer obstáculo: la guardia de la entrada.
En este punto, se iniciaron una serie de disputas para decidir cual era la mejor estrategia de actuación para acabar con la guardia si ser advertidos los enemigos del interior. Tras unos momentos de tensión, acabaron por la siguiente opción: Sigilo utilizó su encantamiento de invisibilidad, mientras Akane disfrazada de Monje Negro y Kairon como prisionero, se acercaban a la puerta de entrada. Ese fue el inicio de un nuevo encuentro, en el que poco podían hacer los Monjes Negros frente al poder ofensivo del grupo al completo.
Tras darles muerte, era momento de entrar en el templo y dar cara a los nuevos peligros que esperaban entere sus paredes.

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